El seguro de hogar cubre el continente y el contenido de la vivienda, entendido por continente la estructura de la vivienda: cristales, suelos, paredes, techos, puertas, ventanas, armarios empotrados, toldos, persianas e instalaciones de agua, calefacción, aire, electricidad y gas. La plaza de aparcamiento y el cuarto trastero, cuando se encuentran en el mismo edificio, también se incluyen en el continente.
El contenido hace referencia a los bienes propiedad del asegurado (mobiliario y enseres), que se encuentran en la vivienda asegurada.
En el día a día pueden ocurrir diversos imprevistos, cuya solución requiere la intervención de un mediador: daños causados por agua (averías, desperfectos causados por la lluvia, humedades provocadas a terceros), daños por rotura de cristales, daños eléctricos (cortocircuitos, subida de tensión, sobrecarga de un aparato eléctrico); daños por robo o daños por fenómenos meteorológicos adversos.
También hay que tener prevista la cobertura de responsabilidad civil por daños causados a terceros, como los accidentes domésticos.
El seguro de hogar protege al tomador, a los miembros de la familia que residan en el inmueble asegurado y a las mascotas; tanto si, en el momento del siniestro, se encuentran en la vivienda asegurada como fuera de ella.
Sí es obligatorio disponer de un seguro de hogar básico, que incluya la cobertura de incendio. Lo que no es obligatorio es contratar la póliza con la entidad financiera con la que se suscribió la hipoteca.